
A día de hoy, cuando se escucha hablar de Portugal, en contadas ocasiones se oye algo que no esté relacionado en mayor o en menor medida con el fútbol; con Cristiano Ronaldo o con José Mourinho. Es natural. El deporte en general y el fútbol en particular mueven a millones. No obstante, en las últimas décadas otro tipo de personaje portugués ha merecido la atención del gran público: José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998.
José Sousa Saramago nació en Azinhaga el 16 de noviembre de 1922. Hijo de una pareja de campesinos con pocos recursos económicos, Saramago publica su primera novela, Tierra de pecado, en 1947. Poco después escribe Claraboya, novela que se publica póstumamente en 2012. Durante veinte años Saramago no escribe más. Según él, en ese lapso de tiempo no tuvo nada que decir, y cuando no se tiene nada que decir lo mejor es callarse. Wittgenstein estaría de acuerdo.
Habiendo trabajado esporádicamente como articulista y crítico literario, Saramago inicia su ascenso a la cumbre de la fama y de la gloria literarias en 1980 con la publicación de Levantado del suelo. A esta novela le seguirán Memorial del convento, La muerte de Ricardo Reis y La balsa de piedra, publicadas respectivamente en 1982, 1984 y 1986.